El domingo, puntualmente a las 15:00hs.,
momento en que el Gral. San Martín pasó a la inmortalidad, dio inicio el acto oficial
en su nombre que tuvo lugar frente a la estatua en su honor en la plaza que
porta su nombre. Puntualmente como cada año, el acto inició con la entonación
del clarín y el minuto de silencio en su honor.
Hasta el lugar se acercaron autoridades del
Departamento Ejecutivo Municipal encabezadas por el Intendente Aldo San Pedro y
la Diputada María del Carmen Pan Rivas. También participaron integrantes del Concejo
Deliberante, autoridades educativas y representaciones de establecimientos de
educación e instituciones de Bragado con sus respectivas banderas de ceremonia
y abanderados. También un importante marco de vecinos acompañó la recordación.
Tras el toque del clarín se entonaron las
estrofas del Himno Nacional Argentino, interpretadas por la banda Municipal
Enrique P. Maroni, para luego dar paso a las palabras alusivas, las cuales
estuvieron a cargo de la Directora de Cultura Ceremonial y Protocolo Corina
Delettieres. Seguidamente se realizó la colocación de ofrenda floral, las
cuales estuvieron a cargo del Intendente Aldo San Pedro y de la Concejera Escolar
del Frente Renovador Marina Bernardi.
Por último la Banda Municipal Enrique P.
Maroni, interpretó el Himno a San Martín y la Marcha de San Lorenzo. Una vez
finalizado el acto con el retiro de las banderas de ceremonia, nuevamente los
dirigidos por el profesor Frontti efectuaron una presentación por temas libres.
FRAGMENTOS
DE LAS PALABRAS ALUSIVAS
La Directora de Cultura inició su discurso
expresando que “… nunca buscó el bronce, pero si la única forma de inmortalidad
fehacientemente comprobada que es el recuerdo. Terminaba no pocas de sus cartas
con la contundente frase: Cuando no existamos nos harán justicia”. Comentó la
existencia de nostalgia y de conciencia que aparece en las cartas escritas por
San Martín, una soledad que equiparó a la sentida por Belgrano cuando le
escribió una carta en la posta de Yatasto cuando decía “… querido amigo y
compañero, mi corazón toma un nuevo aliento cada instante que pienso que usted
se me acerca, porque estoy firmemente persuadido de que usted salvará a la
patria y podrá el ejército tomar un diferente aspecto. Soy solo, esto es hablar
con claridad y confianza. No tengo ni he tenido quien me ayude. En fin espero
en usted, compañero, que me ilustre, que me ayude, que conozca las pureza de
mis intenciones, que Dios sabe que no se dirigen, ni se han dirigido más que al
bien de la patria y a sacar a nuestros paisanos de la esclavitud en que viven…”
Corina Delettieres expresó entonces que San
Martín se negó a participar de nuestra larga guerra civil leyendo, para
ilustrar esa voluntad, una carta dirigida a Artigas por el General San Martín “…
cada gota de sangre americana que se vierte por nuestros disgustos, me llega al
corazón… hagamos un esfuerzo dediquemos únicamente a los enemigos que quieren
atacar nuestra libertad, no tengo más intenciones que la felicidad de la patria…”.
Recordó entonces que antes del cruce de los Andes hizo jurar a sus soldados el
código de honor el cual clarificaba la voluntad de San Martín de expresar a qué
tipo de militar le quería dejar la patria y a tal efecto leyó un fragmento del código
“…La patria no hace al soldado para que la deshonre con sus crímenes, ni le da
armas para que cometa la bajeza de abusar de estas ventajas ofendiendo a los
ciudadanos con cuyos sacrificios se sostiene. La tropa debe ser tanto más
virtuosa y honesta, cuanto es creada para conservar el orden, afianzar el poder
de las leyes y dar fuerza al gobierno para ejecutarlas y hacerse respetar de
los malvados que serían más insolentes con el mal ejemplo de los militares. La Patria
no es ni será nunca abrigadora de crímenes”.
Delettieres cuestionó entonces a los generales
genocidas de la última dictadura militar, diciendo que mientras que ellos
quemaban libro, San Martín era un gran lector y leía a sus tropas analfabetas
texto de las grandes obras clásicas. Explicó también que en cada ciudad
liberada fundaba bibliotecas y donó la suya a la futura biblioteca de Mendoza.
Leyó entonces una reflexión del General San Martín “…las bibliotecas destinadas
a la educación universal son más poderosas que nuestros ejércitos para sostener
la independencia”. En otra parte de su discurso, recordó la clara posición
sobre la división de poderes y la importancia de la justicia en la misma,
leyendo un fragmento para ilustrar esa idea.
“Partió hacia Europa perseguido por los
rivadarianos y solo quiso volver cuando gobernaba su compañero en el ejército
Manuel Dorrego para prestar sus servicios a la patria que estaba en guerra con
le Brasil. Al llegar al puerto se enteró de la desgraciada noticia del
asesinato de Dorrego por Lavalle. No quiso desembarcar, pero no se privó de
opinar en una carta dirigida a su amigo O’Higgins: Los autores del movimiento
del 1 de diciembre son Rivadavia y sus satélites y a usted le consta los
inmensos males que estos hombres han hecho, no solamente a este país, sino al
resto de américa con su conducta infernal. Si mi alma fuese tan despreciables
como las suyas, yo aprovecharía esta ocasión para vengarme del honor que he
sufrido de estos hombres. Pero es necesario enseñarle la diferencia que hay
entre un hombre honrado o malvado…”, expresó la Directora de Cultura.
Finalmente Corina Delettieres, recordó el
encuentro entre Sarmiento y San Martín en sus últimos años de vida, cuando ya
lo afectaban diversos males a su salud y su situación económica era precaria. “…
Tanta ingratitud, tanta melancolía, tanto extrañar a su patria, a su querida
Mendoza, habían hecho mella en el invencible, sufría diversos males y se había
quedado sin ver. Se fue dejando morir en silencio, porque San Martín nunca
quiso molestar”.
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